miércoles, 28 de octubre de 2009

ZAPATILLAS Y MÁS ZAPATILLAS...

Me encanta correr, creo que es de las tres disciplinas que practicamos en el triatlón la que más me gusta, es en la que mejores sensaciones tengo, cuando compito con mis zapas y mis piernas suceden una tras otra, zancada tras zancada hasta llegar a mi objetivo final, LA META.

Pues nada, el otro día estaba leyendo un foro donde existía una discusión sobre el calzado ha utilizar. El motivo de la discusión era sobre cual puede ser el calzado más adecuado tanto para entrenar como para competir. Supongo que la mayoría de los que somos populares lo tenemos claro (sobre todo los que hacemos larga distancia) zapatilla con una buena amortiguación y estabilidad para entrenar y que esté adaptada a nuestro tipo de pisada (pronadora, neutra y supinadora).

Quintando lo que parece de sentido común, que es lo anteriormente citado, hay una interesante tendencia pseudocientífica, que nos invita a correr con la mínima amortiguación y estabilidad, dejando que nuestro cuerpo sea el que se adapte a nuestra carrera en todo momento.

Usar voladoras para entrenar y super voladoras para competir parece que esta de moda, hombre la verdad es que yo peso 79kg y suelo rodar entre 5'00'' y 4'20'' pero no se hasta que punto mis articulaciones pueden aguantar estos impactos con una zapatilla como estas pero si hay gente que lo está probando yo como triatleta no voy a ser el último. No sea que después de tantísimos años, todas las marcas del mundo nos estén engañando con esto de la amortiguación, la estabilidad y los tipos de pisada. Además de lo que supone competir con zapatillas superligeras, ritmos más rápidos claro!!

¿VOSOTROS QUE OPINÁIS AMIGOS?

Yo de momento os presento mis cambios.
Aquí van las zapatillas que voy a utilizar para entrenar:
Mizuno Idaten, 200 grs.














Aquí van las zapatillas que voy a utilizar para competir (en triatlones distancia B, C y Ironaman)
Nike MayFly, 135 grs.




















CORRE LIBRE!!!!!!!!!!


P.D.: Ya os iré contando como me va amigos

domingo, 25 de octubre de 2009

jueves, 1 de octubre de 2009

COMPRESIÓN Y MI TATOO

Hoy es el día en que se me presenta una de las disyuntivas más complicadas de mi vida; escoger entre el tatuaje de la “M” que me he ganado y esos complementos que han permitido mejorar mi rendimiento de forma exponencial, las prendas compresivas.


Por una parte quiero grabar en mi cuerpo esa “M” que comenzó siendo un sueño, una visión, continuó como un camino al final del cual afloraron las lágrimas, lágrimas de felicidad por lograr acabar, ser un Finisher, y continúa con la certeza de pertenecer a una raza superior, a una estirpe, la de los Ironman. Y claro, para hacer constar ante el resto de la sociedad mi condición de “machoman” he decidido tatuar en mi fina y curtida piel la “M” por todos conocida.




Todos sabéis lo que mola acudir a los acontecimientos de nuestra vida social (triatlética claro, o es que alguno de vosotros tenéis más vida que esta?) ataviados con lo mejor de nuestro fondo de armario; a saber: visera, Oakley Radar (y me da igual que sea de noche), camiseta de finisher de algún Ironman muyyyyy lejano en talla S o mejor XS, bermuditas (si, ya sé que es octubre y vives en cuenca, pero eres ó no un auténtico machomen) y unas Nike Mayfly. Huelga decir que estaremos más rasurados que una modelo y más negros que un tizón. Pues bien, he aquí donde surge mi duda existencial, tatuar la “M” en mi gemelaco y completar así un look que me hará ser el dandy de la noche triatlética, o bien continuar con el uso de prendas compresivas a diestro y siniestro y sacrificar por tanto parte de esta imagen.






A comienzos de este año descubrí por casualidad en el foro "yoesquesoytriatleta.com" (otro día os hablaré de las muchas cosas que he aprendido gracias a este y otros muchos foros) la existencia de prendas que por si solas mejoraban el rendimiento del triatleta (cómo mola mejorar sin hacer nada). Y claro, yo soy triatleta y quiero mejorar así que me dije, “a por ellas!”, y me compré todas las prendas compresivas habidas y por haber: camiseta manga larga, manguitos, mono integral, perneras, pantobilleras…





Corría el año 2006 cuando inicié mi andadura triatlética debutando en el Ironman de Lanzarote. Había dejado el fisioculturismo el año anterior y cual elefante en cacharrería me adentré en este mundo que ahora es el motor de mi vida. En el año 2007 hubo doble cita con los Ironman, Frankfurt (por aquello de mejorar marca, 13 horacas, casi 3 menos que en Lanzarote, toma ya!) y Corea del Norte (en plan piratilla, por si pillaba un slot para Hawaii). Aquello iba viento en popa, mis sueños se cumplían. Sin embargo en 2008 Zurich supuso un duro revés para mis anhelos. Pese a que toda la preparación fue perfecta y el objetivo de bajar de 13 horas parecía factible, tal hecho no ocurrió y me quedé con la sensación de haber tocado techo, de que mi marca en Frankfurt era todo lo que mi cuerpo podía dar.





Sin embargo este año todo ha cambiado, desde que la compresión entró en mi vida mi rendimiento experimenta mejoras continuas que parecen no tener fin. Para aquellos que desconozcáis cómo estas prendas pueden ayudaros os lo explicaré brevemente (. Durante el entreno y las competis hacen que la sangre vuelva antes al “motor” para reoxigenarse. Además reduce las sobrecargas fruto de los impactos que sufre nuestra musculatura en nuestros desplazamientos a velocidad sideral durante la carrera a pie. El resto del tiempo de nuestras vidas (poco, muy poco) en que no estamos entrenando la compresión favorece la eliminación de toxinas y por tanto la recuperación para poder afrontar sucesivos castigos. Es todo esto lo que hizo posible que allá por mayo diera una exhibición en el half de Calella (sobre todo en bici) y otra vez en Frankfurt reventara mi marca hasta dejarla en 12 horas y 48 minutos (toma ya!).
Y ahora debo decidir, tenéis que ayudarme a hacerlo, tatuarme la “M” y lucirla allá por donde vaya, ó seguir fiel a esas prendas que están haciendo de mí una máquina triátletica cuyos límites parecen no existir.

Espero vuestros experimentados consejos.

“Sueños y lágrimas”